El nacimiento humano es la más genuina, majestuosa y poderosa manifestación de lo que representa un comienzo. Es el inicio del contacto con el exterior, de la activación de los sentidos con nuevos estímulos: caricias, sensaciones, palabras, sonidos, imágenes, olores, sabores e interacciones. Siendo así, el ser se va formando y reconstruyendo en el devenir del tiempo.

En este sentido, aspectos biológicos y sociales van marcando los comienzos constantes en los que se desenvuelve un individuo. Ejemplo de ello es ir al colegio por primera vez, empezar un nuevo año escolar, transitar la pubertad, tener el primer novio, ir a la universidad, casarse, tener un empleo, mudarse, vivir el rol de la paternidad o emprender un nuevo negocio.

Sin embargo, se puede observar como diferentes personas  tienen distintos resultados ante las mismas circunstancias, lo cual significa que el cómo se vivan esos cambios no depende del suceso en sí, sino del sujeto. De la forma en que lo vea, lo sienta y actué frente a eso. Así, determinará los resultados exitosos o no de esos comienzos y la búsqueda de más cambios mediante nuevas acciones que conllevarán al logro de mejoras.

Dicho con otras palabras, lo que convierte el cambio en un  nuevo comienzo o en un comienzo poderoso, está en el interior del hombre y no en el exterior de él. Todo empieza con saber qué juicios o creencias te están limitando, con qué declaraciones  estás  modificando la realidad que te constituye, qué estás haciendo diferente, qué emociones están coloreando tu actuar, cómo está esa versatilidad y capacidad de innovación.

Al respecto, lo que distingue a una autentica cabeza no es ser la primera en ver algo nuevo, sino el ver como nuevas las cosas viejas… vistas por todo el mundo y no tenidas en cuenta por nadie (1). Más allá de eso, cuántas veces a pesar de tener  nuevos empleos, nuevas parejas, nuevos proyectos, nuevos entornos, se siguen teniendo los mismos resultados. Pasan los años, los días y se sigue responsabilizando a lo externo de las insatisfacciones propias. Cuántas veces se  emprende algo nuevo sin soltar lo que te ata y te impide avanzar.

Finalmente, en este nuevo año 2018, quizá, más que una vida nueva requieras una nueva versión de ti, que idee juicios potenciadores, se conecte con su verdadera pasión,  se fortalezca de los desafíos de la vida, logre ver en cada día una oportunidad, observe su actuar y diseñe acciones para mejorar. Pero sobretodo, que se coloque los lentes de la ambición de quien sabe que es el dueño de sus pensamientos, acciones y resultados y por lo tanto puede intervenir sobre ellos. De manera que la calidad de vida que  cualquier individuo experimenta tiene poco que ver con sus circunstancias y mucho con su actitud personal y su manera de pensar (2).

Por Johanna Daza:

Directora Académica de Consultores Laikos.

Máster Coach Ontológico.

Orientadora Conductual.

Asesor clínico de pareja, sexualidad y familia.

Coach en TDAH.

Coach en Marketing y Ventas

 

Fuentes usadas:

(1) Echeverría, R. (2009). Mi NIETZSCHE, la filosofía del devenir y el emprendimiento. Chile: Comunicaciones Noreste LTDA.

(2) Cruz, C. (2007). La ley de la Atracción. Colombia: Taller de éxito.