¿Sabías que todos los seres humanos podemos superar hasta la circunstancia más fuerte y dolorosa?

¡Pues Sí!, Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a cualquier tipo de situación, a pesar de no estar conscientes de ello. Sin embargo, son los deseos y la capacidad de adaptación de cada persona, los que hacen la diferencia.

La palabra RESILIENCIA, se introdujo inicialmente en el campo de la física, y se le atribuye a la capacidad que tienen los metales de pasar por un proceso de transformación extrema, abriéndose a la posibilidad de una nueva estructura.

Así como el metal, los seres humanos tenemos la capacidad de recuperarnos de situaciones difíciles, a pesar de enfrentar cambios que no nos permitirán ser exactamente las mismas personas, adquirimos nueva información y asimismo una nueva estructura.

Según Edith Grotberg, la RESILIENCIA humana surge de la necesidad de proteger nuestra integridad bajo presión y el mantener una actitud positiva frente a las dificultades de la vida.

Cuando hablamos de ser resilientes no se pretende decir que debemos minimizar o excluir el dolor de una experiencia traumática, sino de entender que tenemos distintas formas de curar las heridas y el dolor muchas veces es inevitable.

Cuando nos encontramos en una situación difícil, las consecuencias emocionales vienen dadas por nuestras creencias personales, aquellos juicios que traemos de la infancia que nos hacen mirar la situación de determinada manera, son los que determinan si sufrimos o no.

Todas las personas necesitamos un sentido de vida propio, con sus luces y sus sombras, reconociendo siempre que el sufrimiento frente a una situación es opcional. Para esto, debemos estar claros del motivo por el que necesitamos vivir, cuál es mi rol dentro de la sociedad o cualquier estructura social y que tan valioso soy como ser humano.

Existen algunas acciones te pueden conectar con la RESILIENCIA, aquí te las dejo:

1. Toma conciencia de tus pensamientos. ¿Qué juicios tienes de la situación que estás atravesando? ¿Estás empleando tus fortalezas para enfrentarla?

2. Espera lo mejor del futuro. A pesar de la circunstancia conecta con lo mejor de ti y planifica acciones para seguir adelante.

3. Indaga cuál es el aprendizaje que puedes obtener. De todas las situaciones, sean agradables o no, podemos aprender algo.

4. Cambia de observador. Si no tuvieses los juicios y creencias que tienes en cuanto a lo que te ocurre ¿Cómo lo verías entonces?

5. Permítete vivir en el presente. Atrévete a sentir este presente sin miedo.

6. Sonríe.

7. Cree en algo. La espiritualidad fortalece el espíritu.

Y recuerda, siempre hay varias o al menos una posibilidad para seguir adelante, no dudes en buscarla.

      Por: Alicia Hernández.

Coach Ontológico de Consultores Laikos.

Coach Corporal.

Terapeuta Familiar